¿Qué es peor?, ¿La ignorancia o la indiferencia?

Ni lo sé ni me importa

martes, 24 de septiembre de 2019

No es ecologismo. Es feminismo disfrazado

A mi no me jorobéis: de un tiempo a esta parte parece que las actividades masculinas son más contaminantes, y empiezo a pensar que se demonizan no por contaminantes sino por masculinas.

 Fijaos por ejemplo en las emisiones de CO2.

¿No es sospechoso que contaminen tanto los coches, pero tan poco las calefacciones? La respuesta está clara: son preferentemente hombres los aficionados al automovilismo y preferentemente mujeres las que se quejan de que hace demasiado frío y hay que subir un poquito el termostato. Y los viajes en avión ni tocarlos, claro, que las tías también hacen turismo y ellas no manchan.

¿Y no os habéis fijado que las lavadoras ya no gastan agua? ¿Y no os habéis dado cuenta de que las toallitas húmedas, que emplean sobre todo las mujeres, ya no forman bolas salvajes en los desagües ni van a parar al océanos por los siglos de los siglos?

Lo mismo pasa con la carne. Los hombres prefieren el chuletón y las mujeres la ensaladita. Pues leñazo al canto. Hay que hacerse vegano por el bien del planeta. Hay que comer como una chavala o nos estamos puliendo el medio ambiente.

De hecho, hay que comportarse siempre como como una chavala, sino como una buena chica de las de antes: no hacer ruido, no decir palabrotas y sonreír cuando te hablan, proque lo contrario será violento, acoso o vete a saber lo que inventan.

Cualquier día vamos a leer que el fútbol contamina. Ya lo veréis.



domingo, 2 de diciembre de 2018

Aprendices de nabos

Se veía venir: a fuerza de querer desenterrar a Franco, acabaron por resucitarlo. Así son estos zopencos.

¿Qué otra cosa se podía esperar de un izquierdo y una izquierda preocupados y preocupadas por el género y la génera en vez de por los problemos y problemas de los trabajadores y trabajadoras?

El procés catalán ya ha tenido su efecto. BNo era el esperado, pero lo ha tenido. El derribo de esa escombrera que era Rajoy ya se ha visto en qué para: en que desencapsulada la derecha española, resulta que hace metástasis.

Tocaban a cambio y nos ofrecían la misma píldora que hace 36 años.

Tocaban a renovación, y reivindicaban el régimen del 31 para sustituir el régimen del 78...

Tocaban a movimiento democrático, y en cuanto pierden las elecciones piden frentes y manifas

¿A que tocaban?

A joder tocan, abuela.
Vale hija, pues tráeme la toquila, que voy hasta allí un momento...

Anda ya.

jueves, 15 de marzo de 2018

¿Pero qué carajo han hecho?

¿De verdad Voll Damm permite estas cosas?
Que no se trata de que sea el mismo... Se trata de que hay que tener un poco de cuidado, coño...
Joer, con los becarios...



Que sí, que es mala sombra que el sospechoso de asesinato ase parezca tanto al actor del anuncio, pero coño... Esas cosas hay que mirarlas.
👉

domingo, 24 de septiembre de 2017

Novartis, agradecido



Novartis agradece a Cataluña la publicidad gratuita.

domingo, 28 de mayo de 2017

¿Los ciclistas pagan impuesto de circulación?

No, pero yo sí que lo pago por mi coche, y lo pago en concepto de uso y ocupación de la vía pública.

Y no veo mal pagarlo, en primer lugar porque con ese dinero contribuyo al mantenimiento de las vías y aporto un ingreso a las arcas públicas, concretamente las municipales, que son las más cercanas.

Lo que me molesta es que unos tipos, los ciclistas, que no pagan ese impuesto, se consideren mejores que yo, más solidarios y con más derecho a exigir unas vías exclusivas, los carriles bici, que salen de los impuestos de todos.

¿No sería más justo que al mismo tiempo que exigen mejores carriles bici y más respeto para su vehículo de dos ruedas, exigieran también que se les cobrase un módico impuesto de circulación? 

Yo qué sé... Una décima parte de lo que paga un coche, por ejemplo...

Pero no, eso no: se les llena la boca con su derecho a pacificar el tráfico (eufemismo por estorbar) y lo mucho que mejora su actividad la calidad de vida de las ciudades, pero de pagar, incluso poquito, ni una palabra.

Pues yo creo que ya está bien: ya va siendo hora de que además de exigir sus derechos paguen por lo que usan, como todo el mundo, en vez de ser una especie de organismo invitado de las vías públicas. Si quiero un vado, lo pago. Si tengo un coche, pago el impuesto de circulación, y si voy en bici, ¿qué menos?

viernes, 31 de marzo de 2017

Chistes de terroristas, negros, judíos y maricones

A ver, en serio: ¿Permitimos todos los chistes? Yo soy de esa opinión, pero no estoy seguro de que la mayoría de los que lo piden sean partidarios de tata libertad.

Tengo la impresión, y en este país de mierda es lo más común, que todo el mundo quiere que se proteja a los suyos pero se pueda atacar a los contrarios. Como siempre, como toda la vida.

¿Hacemos chistes de Carrero Blanco y cómo voló por los aires? Vale. Y también del maricón pierdepluma. Y del niño sin piernas, o del niño deficiente. Y del tartaja. Y de la gorda. Y del judío al que se le llama usurero por millonésima vez, y del negro al que se dibuja con labios Pirelli y cara de gilipollas, y del gitano ladrón, y del panchito al que el gitano llama Payo Pony, para más descojono.


Yo sí, yo apoyo eso: que sea el buen gusto (o malo) del público el que rechace al ilustrador o al humorista que no tenga gracia. Que se pueda ridiculizar al político, al dictador, a la mujer maltratada, al que voló por los aires y al que puso el culo o al que ardió en un horno crematorio.

Todos, venga. Pero todos y sin límites.

A la mierda ya el delito de enaltecimiento. A la mierda el delito de apología. A la mierda el delito de inducción al odio racial, o de género o de la madre que lo parió.

¿Nos atrevemos, o eso no?

Si la respuesta es que tampoco hay que pasarse, dejémonos de choradas y reconozcamos que la libertad nos importa un huevo: lo que nos importa es que no se ejerza contra nosotros. O que su cañón no apunte a donde no deba.


La libertad, entre nosotros, también es un arma, y lo que de veras nos importa es quién la empuña y a quién encañona.

Ya vale de hipocresías.

martes, 3 de mayo de 2016

La solución alternativa al dilema del prisionero

A estas alturas casi todo el mundo sabe que el Dilema del Prisionero es un modelo de conflictos muy frecuentes en la sociedad que ha sido estudiado por la Teoría de Juegos.
Resumimos, pro si acaso: dos delincuentes son detenidos y encerrados en celdas de aislamiento de forma que no pueden comunicarse entre ellos. la policía sospecha que han participado en el robo del banco, delito cuya pena es diez años de cárcel, pero no tiene pruebas. Sólo tiene pruebas y puede culparles de un delito menor, tenencia ilícita de armas, cuyo castigo es de dos años de cárcel. Promete a cada uno de ellos que reducirá su condena a la mitad si proporciona las pruebas para culpar al otro del robo del banco.

La estrategia óptima, después de muchos cálculos, es hablar, porque no sabes lo que va a hacer el otro. De ese modo hablan los dos y los dos se comen un condena menor.

Pues bien: hay una estrategia mejor y las organizaciones mafiosas la conocen muy bien. Consiste en que todo el mundo sepa desde el minuto cero que a los chivatos se les raja el cuello y se tira su cadáver a los peces. No es necesario hacerlo: basta con que todo el mundo esté seguro de que se hará.

De ese modo, llegado el momento de la detención, ambos callarían, y ambos tendrían una condena mucho menor.

De lo que se deduce que la coacción puede llevar al bien común. Quien lo diría, ¿eh?

martes, 23 de febrero de 2016

Sindicalistas contra rojos: palomitas a gogó.

Ese dulce no hay quien lo cate..
La huelga del transporte de Barcelona durante uno de los eventos más importantes para la ciudad es lo más divertido que he visto desde la rendición de Breda.

Porque no se trata sólo de la ciudad de Barcelona, ¿sabéis? Se trata del escaparate mundial del proceso independentista catalán justo en las fechas en que muchos cientos de personas muy influyentes y de muchos países ponen los pies en la ciudad. 

Y va y la cagan los señoritos del mundo proletario, que ganan más que un profesor universitario, reclamando  iincrementos salariales.

Y se les unen, como no, los autobuseros, otra especie  de privilegiados con una relación sueldo cualificación absolutamente ridícula a su favor.

¿Y qué hace el pobre rojo de cabecera? Defender la solidaridad obrera son unos burgueses por cuenta ajena o defender a Ada Colau y su escaparate del gobierno progre? Pues en general, el rojete de toda la vida, grita, llora, se escinde, se exfolia, sigue llorando...

Porque la huelga es sagrada y hay que defenderla. Pero el bien común , el bien social también es sagrado y hay que defenderlo...

Y si encima son nacionalistas, y tienen que defender también la imagen exterior de la patria y la posibilidad de internacionalziar el conflicto, entonces ya lloran sangre...

Palomitaaaaaaaaaaaaaaaaaas.

viernes, 5 de febrero de 2016

El musulmán bueno y el fascista bueno

Me da igual si es racismo, xenofobia o tosferina. Ya me tenéis harto. El musulmán bueno es como el fascista bueno.  No se trata de razas o de colores, sino de ideas, de cosas que la gente trae en la cabeza, y no en los genes o en el pasaporte.

Yo no sé cual es para vosotros el fascista bueno. Yo no sé si pensáis que entre los neonazis los hay que son amables y simpáticos, peor con ideas equivocadas o a lo mejor un poco violentas. Y resulta que al islam le pasa otro tanto: son sus ideas, su cultura y sus escritos los que predican la discriminación de la mujer, el odio al diferente y la violencia. no son nuestros prejuicios, son los suyos, y por escrito, con póliza de cinco duros y media arroba de incienso pro encima, o lo que por allí se estile para alabar sus papeles sagrados.

No es su procedencia. No es su color. El fascista salvadoreño de un escuadrón de la muerte nos jode igual que el rubio ucraniano o el neonazi de Hamburgo. El musulmán que deja a su mujer tras pasos atrás es igual de intolerable cuando viene de Egipto que recién convertido en una mezquita de Gales y listo para irse a Siria a degollar al primero que pille.

Hay que decirlo más: no son razas ni países. Son ideas. Las ideas no le vienen a uno dadas. las admite o las discute. Y al que admite ideas como esas no se le puede tolerar entre los demás.

Todos sabemos cual es el fascista bueno.

A ver si aprendemos también cual es el musulmán bueno.

No es tan difícil, joder.

martes, 12 de enero de 2016

Por qué se tiene que librar la infanta del juicio

No se trata de que sea inocente, no, ni de que no se enterase de nada, que ni lo sé ni me importa, como reza el lema de este blog.

Lo cierto es que a todo el mundo le importa medio carajo el asunto, y que el interés que despierta tiene poco que ver con los cuartos defraudados. La prueba es que ha despertado diez veces más expectación que el caso Pujol, por ejemplo, y por mucho menos dinero.

Lo que se ventila aquí es el daño que se puede hacer a la monarquía como institución y qué paso se puede dar para acercar la llegada de una nueva república. ¿O me equivoco?

De lo que se trata aquí es de apuntarse un tanto político que acerque España a la imagen de país de ciertos grupos autodenominados progresistas, los mismos que, curiosamente, están también en contra de la Iglesia y el ejército, por considerarlas (con razón) fuerzas conservadoras.

Por eso se tiene que librar la infanta: simplemente para que les suba la tensión.
Simplemente para alejar su sueño húmedo.
Simplemente para que se jodan.
Lo demás, ya se irá viendo.



domingo, 1 de febrero de 2015

La piedra y el cántaro (y la 1ª Ley de la Termodinámica)

Dice un viejo proverbio, que cuando la piedra va contra el cántaro, sufre el cántaro, y que cuando el cántaro va contra la piedra, también sufre el cántaro...

Si empalmamos ese refrán con la norma de los gestores bursátiles de que las pérdidas las sufres el día que tu cotización baja, y no el día que vendes tu posición, tenemos una cosa clara: Alemanía ya ha perdido el dinero que le deben los griegos. Lo perdió el día que lo prestó sin tener que prestarlo. Lo perdió el día que dejó de hacer ojos ciegos a las cuentas falsas de  Grecia (las que le ayudó a ocultar Mario Draghi en su antiguo puesto en la banca privada, concretamente en Goldman Sachs pro si alguien lo olvidaba). Lo perdió el día que descubrió que no había garantía real ni se podían enviar ya cañoneras a recuperar préstamos como hacían los ingleses en el siglo XIX.

En estas circunstancias, Angela Merkl no puede esperar comprensión de Draghi, que ayudó a meter la mierda debajo de la alfombra, pero los griegos tampoco pueden esperar comprensión de la Merkl, que tiene sus votantes, tan válidos como los griegos, que la harán picadillo si cede un Euro de sus bolsillos. No hay comprensión posible ni hay escapatoria a la versión popular de la primera ley de la Termodinámica: "de dónde no hay no se puede sacar".

Así las cosas, con los alemanes sin nada que perder (porque ya lo han perdido todo) y los griegos sin nada que ganar por seguir pagando, la solución sólo puede ser una insolvencia, caiga quien caiga.

Y caerá el cántaro. como siempre.


viernes, 26 de septiembre de 2014

¿Quién salta sobre quién?

El otro día decía yo por ahí que es una pena que la gente se siga rompiendo los cuernos en vallas como la de Melilla, pero que algo hay que hacer para contener la avalancha migratoria. Entonces, alguien muy guay y muy sentimental, me dijo que lo primero había que hacer era quitar esas vallas con cuchillas y alambres porque dañan a las personas.

De ahí la conversación derivó hacia la negativa de algunos, que no nos parecía cabal dejar las puertas abiertas de par en par, y los lamentos humanitarios de quienes nos llamaban criminales o cómplices de las muertes y lesiones que se producían en esas vallas.

Y el caso es que estoy hasta los huevos de soportar chorradas, acusaciones de complicidad y lagrimeos diversos, estilo Marco, Heidi y la Casa de la Pradera. Que estoy mayor para bobadas, vaya.

Para que yo me sintiera culpable de las heridas que causan esas vallas tendrían que ser las vallas las que saltasen sobre la gente. Y resulta que no, que las vallas se están allí muy quietecitas y es la gente la que, por su cuenta y riesgo, salta sobre ellas.

Por supuesto que me gustaría que las cosas fueran de otro modo y que la gente no tuviese que marcharse de sus países. Y me gustaría también para mis convecinos, sobre todo los más jóvenes, que también se tienen que marchar. Pero como resulta que no está en nuestra mano arreglar el mundo entero, y a la vista está que ni siquiera arreglamos nuestro país, algo hay que hacer para no ser el asilo de menesterosos del Planeta.

En ese sentido soy partidario, como el que más, de buscar soluciones constructivas, contratos en origen, cuotas migratorias, asilo a perseguidos o lo que sea, pero ceder al chantaje emocional de cuatro majaderos que pretenden jugar con mi sentido de la culpa, no lo voy a consentir. Ya estoy harto de que  tomen por imbécil. Ya son demasiados los que se empeñan en ello.



viernes, 8 de agosto de 2014

Una preguntilla a los de Podemos

Señor Iglesias, señor Monedero...

Me consta que ustedes son, ambos, profesores universitarios.

¿Podrían decirnos, por favor, cuántos más se presentaron a la oposición en la ustedes sacaron la plaza?

Porque a lo mejor lo de eliminar los privilegios y golpear a la casta es sólo para los demás. A lo mejor lo dicen desde un puesto y un sueldo obtenidos dentro, y con el sistema, que les brinda una maravillosa seguridad para poder ciscarse en la corrupción, la de los otros, una vez que los mecanismos ya fueron suficientemente aprovechados cuando tocó.

Por cada plaza de cartero, se presentan 30 candidatos. Por cada plaza de juez, alrededor de 14. Por cada plaza de notario, 21. Pero claro, quizás a profesor universitario no se presentase nadie, porque es un puesto que nadie quiere y para el que no hay nadie preparado. O quizás porque es un sector depende la podredumbre alcanza tales niveles que el traje blindado necesario para meterse en semejante muladar no está al alcance de cualquiera.

Los políticos a dedo están mal. Los enchufados son una lacra. La casta nos exprime, vale. Todo muy bien. ¿Pero qué pasa con la Univcersidad? ¿De eso no hablamos por no tocar a los nuestros?

Venga, un poco de coraje...

¿Cuántos más concurrían a sus plazas cuando las sacaron? Sin respuestas vagas. Una cifra.

Venga, echadle huevos. ¡No se diga!

miércoles, 30 de julio de 2014

La experiencia es sólo un multiplicador, no una garantía

Cansado ya de escuchar que la experiencia es un grado, planteo la gran pregunta: ¿un grado en qué?

Es cierto que con el paso de los años la gente va atenuando sus impulso y que se vuelve menos impulsiva, pero eso significa también que se vuelve menos activa y más adicta a las cosas que le funcionaron, aunque fuesen enormes gilipolleces o aunque fuesen productos de su tiempo, caducados ya.

Al final, resulta que la experiencia es un multiplicador, y al que era sensato lo vuelve más sensato, pero al que era un gilipollas, lo vuelve un enorme y descomunal gilipollas, convencido de que sus soluciones obsoletas van a ser la solución en cualquier tiempo y lugar. Y además lo hace con ínfulas, diciendo cosas como "deja al que sabe" o "cuando tengas mis años...". Y no. Dejo al que sabe, cuando sabe, pero cumplir años no añade conocimientos técnicos ni buen juicio. Pensar tal cosa es pensar como los espiritistas, que preguntan a los muertos cosas que esos mismos tipos nunca hubiesen sabido de vivos.

¿A qué ha dedicado usted todos estos años que tiene? A poner ladrillos., Pues bien: de poner ladrillos tiene que saber unas cuantas cosas, peor no venga a hablarme de economía. ¿Se ha preocupado de tener un pensamiento crítico y propio? No. Pues entonces sus muchos años son una simple acumulación de resíduos tóxicos, como los metales pesados que se acumulan en los peces grande y es usted más tóxico por ser más viejo.

Debemos respetar a los viejos por supervivientes, peor no por inteligentes., Creer que la supervivencia procede necesariamente de la sensatez, del buen juicio y de la inteligencia, significa no haber entendido nada de la teoría del caos, que al fin y al cabo es la que verdaderamente rige el mundo.

jueves, 17 de julio de 2014

Cataluña y la negociación. Difícil el qué, más difícil con quién

Los que nos empeñamos en tomarnos este tema con cordura nos acabamos llevando al final todas las leches, pero como no espabilo, voy a insistir, a ver si a alguien se le pega un poco de sensatez y dejamos de escuchar por ahí soflamas de uno y otro signo.

Por más que a muchos les guste olvidarlo, por aquello de quedar bien si hacer realmente nada, el verbo negociar es transitivo. Hay que negociar algo.

La hipotética negociación ha nacido viciada desde un principio, pues el planteamiento no es flexible. Y me explico: cuando alguien te pide cinco, le ofreces tres, y al final se acaba llegando a un acuerdo en tres y medio, cuatro o cuatro y medio. Todo en orden. Es lo que se ha hecho desde tiempos de Altamira.

Pero resulta que lo que se pide no es negociable, en el sentido de que no es graduable. El referéndum famoso es SI o NO, y faltan puntos intermedios. ¿Se convoca media consulta?, ¿dos tercios? ¿cinco séptimos?

Así las cosas, entre los que dicen que la negociación pasa porque hay consulta (por sus cojones) y los que dicen que no hay consulta (por sus cojones), no hay modo de encontrar un camino de negociación. ¿Qué demonios se puede negociar en esos términos, sin que sea un trágala para una de las partes? ¿Qué solución consensuada puede existir partiendo de esas premisas?

Ahora hablemos de incentivos. ¿Qué incentivos puede tener el nacionalismo catalán para negociar nada, sabiendo que cualquier cesión los colocará ante los suyos con la cabeza en la guillotina? ¿Y qué incentivos puede tener el PP, o un tipo como Rajoy, para ceder nada a los catalanes, sabiendo que eso destruirá el partido y a su gobierno para décadas?

Si se piensa fríamente, el independentismo catalán es lo que único que puede salvarle el trasero a Rajoy en la actual situación, y por eso es posible que sienta la tentación de reservar esa carta para el final. Si a finales de este año, o a primeros de 2015, tres meses antes de las elecciones, Rajoy le mete un palo olímpico a Cataluña, en buena parte de España le van a aplaudir con las orejas. No entro en si eso nos gusta o no, pero nadie duda que es así.. Y esa es la carta que se guarda para última hora, antes de estrellarse.

Y ahora, para colmo, nos queda el con quién.

¿Realmente alguien cree que Rajoy puede llegar a algún tipo de acuerdo con Artur Mas, un tipo que huele a cadáver político y que será sustituido dentro de nada por un representante de ERC? ¿Qué probabilidad hay de que ERC respete a postertiori cualquier acuerdo tibio que se haya pactado con Artur Mas?

¿Y si lo miramos del lado contrario? ¿Cómo pueden pactar nada en absoluto los catalanistas con un tipo como Rajoy, al que le queda un año y pico y que lo tendrá crudo como un chuletón de toro para repetir mandato en las condiciones actuales?

Siendo lógicos, el problema es feo: sabemos qué es lo que se puede negociar, ni sabemos con quién. Así las cosas, ¿qué tiene de extraño que hasta los más moderados se enroquen?

miércoles, 16 de julio de 2014

La absurda distinción de personas y territorios

Unas veces por puñetera envidia y otras por sentido de la justicia (sin que sea posible diferenciar claramente a los que siguen una razón o la otra) el caso es que casi nadie se opone a la idea de que pague más impuestos quién más tiene, y no sólo de manera proporcional, sino de modo progresivo. La idea tuvo tanto éxito que hasta arraigó en la constitución.

Si ganas 10, pagas el 10% que es uno. Si ganas 100, no sólo pagas el 10% que sería diez (diez veces más) sino que pagas el 30%, que es treinta, o sea treinta veces más. Hay quien sigue discutiendo este sistema, por considerarlo abusivo, peor en general se ha establecido en todos los paises desarrollados y la discusión política gira a menudo en torno al alcance de esta progresividad y hasta se han postulado un montón de razonamientos para justificar el procedimiento.

Vale. Genial. 

¿Pero qué pasa cuando ya no hablamos de personas, sino de territorios? Que todos los aprtidarios de este sistema cambian de pronto de opinión. Cuando hablamos de territorios, los territorios más ricos nbo quieren poner un duro para el desarrollo de los menos favorecidos. Cuando se habla de solidaridad interterritorial se llega a hablar de expolio, de atraco, de que España nos roba, de que los andaluces nos roban, de que si fuésemos independientes no tendríamos que pagar esto o aquello, que es más de lo que recibimos.

Pero bueno, carajo, ¿dónde están ahora todos los razonamientos por los que tiene que pagar más el que más gana?  ¿Qué ha pasado con todas esas ideas y esos argumentos económicos que dicen que el beneficio procede un mayor uso de los recursos comunes, o del mercado, o de la seguridad jurídica?

Si los territorios tienen que quedarse cada cual con lo suyo y lo contrario es expolio y causa de secesión, ¿por qué no las personas? ¿o es que enferman más los ricos? ¿o es que los ricos tienen que llevar más hijos a la escuelas? No. Tiene que pagar más porque ese es nuestro sistema fiscal de repato de cargas, y en eso estamos.

Lo que me parece a mí es que por aquí hay mucho jeta suelto que entiende las cosas cuando quiere. Y si en el IRPF le toca pagar más al vecino lo aplaude, pero si le toca pagar a él, al pueblo en el que vive o a la comunidad a la que pertenece, entonces le jode. 

Y es sólo eso, aunque lo pintemos de malva.

sábado, 22 de febrero de 2014

A la oposición la inmigración le produce una erección (modo poético)

Da igual quién gobierne, oiga, o quién esté en la oposición. El hecho es invariable: al Gobierno, a todos los gobiernos, el tema de la inmigración el hace daño,y a la oposición, a cualquier oposición es un tema que le encanta, porque permite hacer preguntas bonitas sin que haya ninguna respuesta buena. O sea, que te luces al preguntar, y jodes al Gobierno,que no puede responder.

¿Lo probamos? Es muy fácil. ¿Qué hacemos con las decenas de miles de inmigrantes que esperan tras la valla de Ceuta o Melilla para pasar a Europa?

-El gobierno no puede decir que lo va a impedir a toda costa, porque queda como un hijoputa que permite que se ahoguen y se maten las personas. No puede electrificar la valla. No puede mandar a la artillería hacer fuego contra ellos. No puede siquiera ordenara que los expulsen por la fuerza y a palos, porque eso hace una imágenes feísimas para los telediarios de la hora de comer. No puedes poner cuchillas en las vallas, ni siquiera alambre de espino, porque después eso causa heridas a los que saltan y salen unas fotos horribles llenas de sangre. No puedes hacer nada en realidad si quieres quedar un poco bien, y no como un carnicero sin piedad.

-Así que nos planteamos la otra respuesta: los dejamos entrar a todos. Y acto seguido la gente monta en cólera, porque no sabemos qué hacer con treinta o cuarenta mil personas que acaban de entrar, y menos con el millón que vendrá de inmediato atraído por ese reclamo. La gente se cabrea y se pregunta parta qué puñetas quiere un Gobierno y para qué quiere unas leyes, si todo el mundo hace al final lo que le sale  de las narices. Vienen otros y responden que el mundo es de todos, pero resulta que el mundo no es lo que quiere esa gente, sino la sanidad, las infraestructuras, la educación, la vivienda y los puestos de trabajo. Y ahí nos encontramos con que eso no es tan ilimitado, ni es tan de todos, porque hay una gente que lo ha pagado y otra gente que no, y se arma el lío. Y le piden al Gobierno que no deje entrara a más gente, o vota a un partido que ponga en su programa, como punto primero, una expulsión masiva . O sea que esta respuesta de voy a dejarlo entra a todos tampoco es buena.

-Y queda la tercera respuesta, que es decir que voy a dejar entrar a un cupo, de pongamos diez o doce mil. Pero esa respuesta te arregla el problema veinte minutos, porque una vez se ha cubierto el cupo, ?qué se hace con el resto? Volvemos a tener la pregunta: gente en la verja y necesidad de responder.

Por eso, con estas preguntas, la oposición, toda oposición, se frita siempre las manos. Porque no hay respuesta buena, porque no hay manera de responder sin quedar como un criminal, como un inútil, o como un mierda.
Es cuestión de elegir papel en el maldito teatro...


lunes, 10 de febrero de 2014

Lo poco que nos gusta que nos mande el vecino

A veces creo que si pudiésemos resucitar a Franco, lo resucitaríamos, aunque fuese con fines científicos y bajo el pretexto de diseccionarlo. El pretexto sería lo de menos, pero estoy seguro de que alguien pondría en marcha el proyecto, alguien lo financiaría y alguien acabaría desviando fondos, vísceras, y hasta legislación del franquismo hacia los nuevos tiempos.

¿Y por qué digo eso? Porque acabo de leer que la confianza de los españoles en la justicia es de más del triple que en los políticos.

En principio suena normal. Lo lees y te quedas tan ancho. Los jueces parecen gente más o menos seria, mientras los políticos han demostrado ser una banda de crápulas a medio camino entre Gargamel y Toni Soprano, lo bastante necios para dejar constancia de sus tropelías en correos electrónicos y lo bastante obscenos como para cobrar catorce sueldos y decir que se los merecen.

Sin embargo, al arrimar la nariz a ese hecho de la triple confianza en los jueces que en los políticos, no se puede evitar una conclusión lógica: los españoles preferimos a la gente que no elegimos por encima de la que sí que elegimos.

Joder, qué duro...

Por que, a ver... ¿quién es un juez?

Los que yo conozco son tipos (y tipas) que estudiaron conmigo en la Universidad, sacaron un expediente bueno o del montón, y se encerraron luego media juventud parea sacar unas oposiciones guays. ¿Y de veras creéis que eso los hace imparciales? Venga, hombre, que pasaron un examen de derecho, no de ética, joer...

¿De veras creéis que una persona que se pasó la juventud metida en casa, o en una biblioteca, mientras los demás salíamos de fiesta, va a tener humor para ser ecuánime y bondadoso? No sé vosotros, pero de la gente que yo conozco, los que desperdiciaron su juventud, son siempre los más cabrones...

Lo que pasa es que preferimos a los jueces porque cuando sale uno malo no nos podemos echar la culpa a nosotros mismos. Lo que pasa es que, al final, lo que nos jode no es estar gobernados por los que elegimos nosotros, sino estar gobernados pro los que eligen los vecino.

Por eso preferimos que nos manden los que no ha elegido nadie. Para que le vecino no nos mande, ni siquiera de rebote. Y si resulta que a eso, qué mala suerte, es a lo que se llama democracia, pues que se joda también la democracia.

¿O no?


martes, 21 de enero de 2014

Los fines ocultos de la educación

Tranquilos, que no voy de conspiraciones, sino de simple análisis. Y eso cosa de la ginebra: se me pasa enseguida:

Cuando acabó la cosa agraria, y el terruño se sustituyó por las fabricas, esos monstruos inmortales donde las sirenas llamaban a los hombres a su perdición (qué sabio era Homero, cojones), se vio que era necesario preparar a los niños para la vida de fábrica. 

Y ahí se jodió todo, porque los dueños se dieron cuenta enseguida de que era casi imposible transformar a las personas de más de quince años  en buenos obreros de fábrica. Y así, para conseguirlo, se inventó la educación general.

Construida sobre el modelo de la fábrica, la educación general enseñaba los fundamentos de la lectura, la escritura y la aritmética, un poco de Historia y otras materias que se consideraban bonitas, convenientes o edificantes. Esto era lo que estaba a la luz, pero debajo de esto había otra capa,. que era la que de veras interesaba:  Se componía en aquel entonces (y manda cojones qué poco ha cambiado)  de tres enseñanzas fundamentales: una, de puntualidad; otra, de obediencia y otra de trabajo mecánico y repetitivo. El trabajo de la fábrica exigía obreros que llegasen a la hora, especialmente en las cadenas de producción. Exigía trabajadores que aceptasen sin discusión órdenes superiores. Y exigía hombres y mujeres preparados para trabajar en máquinas o en oficinas, realizando operaciones brutalmente repetitivas.

Así, pues, a partir de mediados del siglo XIX, asistimos a una incesante progresión educacional: los niños empezaban a asistir a la escuela cada vez a menor edad, el curso esco­lar se iba haciendo cada vez más largo  y el número de años de educación obligatoria creció irresistiblemente.

Que sí, que es bueno. Pero no era esa la idea que lo creó.

No era esa...